Texcoco, Méx.- A pesar que el gobierno federal nunca cumplió a la comunidad de Coatlinchan la promesa de crear una réplica del Dios Tláloc para sustituir el monolito que fue trasladado el 16 de abril de 1964 a la Ciudad de México para colocarlo en la entrada del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el gobierno municipal que encabezó hace 9 años el Diputado Higinio Martínez Miranda se encargó de concretar ese proyecto que exigía la comunidad como compensación por el saqueó que hicieron las autoridades federales.
Señaló lo anterior, Azucena Cisneros Coss, Directora de Cultura del gobierno municipal, quien agregó que la creación de la réplica se llevó a cabo por petición de los habitantes de Coatlinchan y duró poco más de dos años, pues este proyecto tenía la finalidad de hacer una reproducción exacta en peso, tamaño y características al original que mide siete metros de altura y tiene un peso aproximado de 165 toneladas, y el cual quedó en la esquina del Paseo de la Reforma y Ghandi, en el D. F. Tras llevárselo el gobierno federal que presidió Adolfo López Mateos.
“La piedra ausente” como se le denomina en el documental que elaboró el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), será presentado el sábado 19 de enero a las 19 y 21 horas en la plaza principal de esa comunidad, donde yace la réplica del Dios Tláloc, apuntó.
Aseguró que este documental será importante para rescatar la historia de Texcoco, pero sobre todo para dar a conocer las acciones unilaterales de un gobierno que despojo a un pueblo de sus tradiciones y cultura al llevarse de manera autoritaria el monolito a la Ciudad de México, centro del poder político.
A casi 50 años ya no sienten tanto la nostalgia del despojo, pues aún cuando no cuentan con el monolito original ya tienen la réplica que construyó el gobierno que presidió Higinio Martínez, aseguró la titular de Cultura del Ayuntamiento de Texcoco.
Los vecinos recuerdan que tras haber “sacado El Tláloc de Coatlinchan ya la vida en la comunidad ya no fue la misma, se perdió la actividad turística, comercial y artesanal, la gente iba a la cañada a nadar y a comer antojitos mexicanos. Pero desde aquél año del 64 mucha de la gente que aquí vivían se marchó a otro lugar”.
Sin embargo, “la construcción de la réplica del monolito trajo un poco de esperanza y tal vez algún día el gobierno federal decida regresar lo que por derecho nos pertenece”, dijo Guillermo Corona habitante de Coatlinchan.
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